Nuestra salud bucodental afecta directamente a nuestra salud integral.
Las estructuras musculares del cuello y la espalda se suelen ver afectadas por masticación desequilibrada.
La mordida cruzada está vinculada con el dolor de espalda y cuello.
Las infecciones dentales focalizadas son responsables de problemas musculares y de la cronificación de las lesiones.
Descuidar la salud bucodental puede originar contracturas musculares en cuello y espalda. Ésto es algo sobre lo que os venimos insistiendo hace ya un tiempo en nuestro blog, y sobre lo que habla en estos días un artículo del Diario 20 Minutos, y que hemos querido compartir con vosotros.
El artículo recuerda que se estima que aproximadamente un 30% de la población puede padecer trastornos relacionados con el sueño, ya sea por defecto o por exceso. Esto altera a nuestra salud bucodental, que afecta directamente a nuestra salud integral, ya que el sueño es un estado de reposo necesario para mantener sano nuestro organismo. Además, según datos de la Asociación Española de Enfermos del Sueño (Asenarco) en el último siglo, el tiempo medio de sueño se ha reducido al menos un 20%, por lo que dormimos casi dos horas diarias menos. Algunos signos que nos pueden ayudar a detectar este problema son las ojeras marcadas o la forma de la cara, muy alargada o muy corta. Según el artículo, «éstas alteraciones pueden ocasionar una masticación desequilibrada que afectará a la digestión y la nutrición del adulto, lo que desencadena un mayor hábito de respiración bucal, que puede afectar a la higiene dental provocando un mayor desarrollo de caries y enfermedades periodontales«.
¿Cómo se pueden afrontar estos problemas?
Una de las soluciones para corregir estos problemas, consiste en una relajación neuromuscular y una alineación de los dientes que logre una óptima oclusión dental y que estabilice las estructuras musculares del cuello y la espalda. Para ello, debe emplearse una ortodoncia que solucionará los problemas de mordida, y posteriormente una férula de descarga que ayudará a controlar el bruxismo. Y es que, si no se solucionan estos problemas, aumentará el dolor muscular localizado en el cuello y en la espalda, al mismo tiempo que será más notable el chasquido de la mandíbula al comer o bostezar. Todo ello provocará limitación de las actividades diarias y cotidianas por el dolor, repercutiendo en la calidad de vida de la persona e incluso en su trabajo.
Más información sobre el artículo en el Diario 20 Minutos