Cierto es, que cada vez más familias acuden al dentista con los niños, que cada vez hay más cultura «dentaria», por llamarlo de alguna manera, y que las facilidades que se ofrecen en los dentistas tanto tecnológicas, como de pago, ayudan a esto.
Pero no todo el mundo es consciente de esto, y en ocasiones tendemos a pensar que las dentaduras de los niños no son tan importantes como las de los adultos. Pensamos que un diente de leche no puede enfermar, y que, como se va a caer, pronto pasará el problema. Pero lo cierto es que hay lesiones que permanecerán en la boca del niño, además de que le podemos provocar un sufrimiento enorme si no tratamos a tiempo ciertos defectos. La mayoría de éstas anomalías dentarias se ponen de manifiesto en la edad infantil y suelen ser motivo de preocupación, tanto para la familia como para los propios niños. Muchas veces, estas anomalías en la dentición consisten en una diferencia en el color de los dientes, que tienen una repercusión notable sobre la estética facial al margen de otras consideraciones respecto a la salud dental o general. Unas primeras manchas blancas, un quejido en la comida del niño que refleje hipersensibilidad….todo puede darnos señales, y una caries, puede ser lo menos importante, aunque puede ser la punta del iceberg. Debemos estar atentos.
Hoy queremos enseñaros un caso propio de la clínica, en el que tratamos a un niño que traía defectos de estructura generalizada extensos:
Los niños, igual que los adultos, también tienden a esconder la dentadura cuando empiezan a ver que hay algo que no está bien, esta puede ser una de las primeras señales.
En este caso, el niño acudió a la clínica con una elevada sensibilidad, y afectación de todas las piezas dentales. Poco a poco fue recuperándose gracias a un tratamiento basado en nuestra filosofía de Minima Intervención, haciéndole un tratamiento general con recaldent y técnicas de cepillado específicas.