La cirugía de labio leporino busca reparar la separación del labio. La intervención se realiza bajo anestesia general, y consiste en reparar y unir los tejidos y posteriormente coser el labio, realizando suturas muy pequeñas para que la cicatriz sea lo menos visible posible. La mayoría de estas suturas se absorberán en el tejido a medida que éste vaya sanando, por lo que no será necesario retirarlas posteriormente. En algunas ocasiones será necesaria una segunda operación.
Para tranquilidad de los padres, es importante destacar que en la mayoría de los casos los bebés que nacen con labio leporino son sanos y no presentan ninguna otra anomalía congénita, por lo que pasado el periodo postoperatorio podrán realizar una vida totalmente normal.