En la cirugía se realiza una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja exponiendo el cartílago auricular, que se esculpe y se dobla hacia atrás modificando su forma. Según el caso, puede ser interesante extirpar parte del cartílago para lograr una oreja más natural. Generalmente, aunque el problema resida en una única oreja, se suelen operar las dos orejas para buscar una mejor simetría facial.
La otoplastia tiene unos resultados inmediatos y duraderos, y no afecta en absoluto al sentido del oído. Pese a su sencillez, es una de las técnicas quirúrgicas que más repercuten psicológica en la autopercepción y autoestima del paciente, especialmente en edades -niñez y adolescencia- en las que las relaciones sociales juegan un papel de gran importancia.