Aunque no termine de entrar la primavera meteorológica, la fecha en el calendario nos dice que ya está aquí. Con estas fechas son muy propios, los nuevos propósitos y más, si tenemos a la vista el veranito. Por salud o por estética, ciertas revisiones deberían ser periódicas; y más cuando ciertas dolencias pueden venir ocasionadas por los cambios de estación. Me explico, que pensemos que nos duele la cabeza, por la congestión de una alergia o un constipado, y que realmente sea una muela la que nos esté dando guerra.
A pesar de que a día de hoy la higiene dental es un hábito diario que cada vez más personas han adquirido, aún existen muchos casos en los que, a causa de una mala salud buco-dental constante, acaban con implantes, endodoncias y otros tratamientos. Por este motivo es imprescindible no además, acudir al odontólogo para someterse a un revisión dental cada cierto tiempo. De este modo, prevenir o detectar enfermedades bucales (como caries y gingivitis) o de cualquier otra parte del organismo (como, por ejemplo, la diabetes) será mucho más sencillo y las consecuencias negativas se verán minimizadas.
Prevenir mejor que curar
No es necesario acabar lamentándose. Todos deberíamos acudir al menos una vez al año para hacernos una revisión buco-dental, la entrada de la primavera, puede ser nuestra marca en el calendario, por qué no. Es de suma importancia si se quieren evitar situaciones desagradables en un futuro. Se pueden mostrar los síntomas, a través del dolor, o no, ya que veces el estrés del trabajo, u otros problemas, van a impedir que éstos se manifiesten; gracias a este tipo de exploraciones se conocerá cuál es el estado de nuestra boca; detectar cualquier patología de manera precoz y seguir las indicaciones del dentista a diario para evitar o detener cualquier problema con antelación.
Así, por ejemplo, gracias a las revisiones llevadas a cabo con regularidad, el odontólogo podrá detectar si el cepillado dental es correcto o no y enseñar, en función de cada caso, dónde y de qué manera se ha de insistir más para un cepillado idóneo, ya que hay personas más propensas a tener un tipo de enfermedades. Asimismo, también podrá aconsejar sobre qué dentífrico o qué colutorio específico se debe utilizar en una temporada específica y lograr mantener en buen estado los dientes.
Además, es probable que el profesional recomiende durante la visita realizar una limpieza buco-dental con el fin de eliminar la placa bacteriana. A través de esta sencilla e indolora técnica se evitarán enfermedades como la periodontitis.
Y, si bien la prevención mediante la revisión dental es la primera de las curas, ni que decir tiene que su importancia aumenta considerablemente cuando existe alguna sintomatología de molestia. Dolores de cabeza, dientes sensibles por los cambios de estación y un largo etcétera de problemas pueden tratarse siempre y cuando haya un control sobre ellos a través de los controles dentales.
Revisiones en edades tempranas
Casi siempre se asocian los exámenes dentales a personas en edad adulta. Sin embargo, la funcionalidad de las 28 piezas puede verse afectada también en los niños, por lo que es recomendable que ellos también visiten a un profesional, se hagan reconocimientos dentales y se les inculque la práctica habitual de higiene bucal.
Algunos de los objetivos principales de este tipo de visitas al odontólogo son la erupción dentaria, la posición de los dientes, el estado de las encías y si hay o no caries.
En el primero de los casos es importante hacer un seguimiento del nacimiento de los dientes, tanto si son de leche como si son definitivos, comprobando que la erupción haya sido por el lugar correcto y si provoca algún tipo de molestias o infecciones. Por otro lado, cabe destacar la importancia de ver de forma regular el estado de cada pieza dental para evitar así problemas de caries (el consumo de azúcar entre los menores los hace más vulnerables a padecerlas) y en las encías que puedan generar lesiones degenerativas irreversibles.