Según el último informe presentado por la Sociedad Española de Oncología a principios de 2017, en 2015 se registraron 247.771 casos nuevos de cáncer, un dato que ya supera lo que se tenía previsto para el año 2020.
A pesar de que en el año 2016 en España el cáncer más frecuente era el de colon, también hay que prestar atención a la aparición de otros tumores malignos situados en otras partes del cuerpo humano.
La estadística en España: ¿Cómo se presenta y qué es el cáncer de boca?
Entre todos ellos cabe destacar el desarrollo del cáncer de boca, una enfermedad que radica en el crecimiento anormal y descontrolado de las células cancerígenas o malignas que provienen de cualquier parte de la boca.
Tal y como sucede con otros tipos de cáncer, la sintomatología que puede presentar una persona ante un cáncer de boca puede ser mínima o incluso nula. Por eso, debemos prestar atención a nuestra boca siempre y cuando se detecten anomalías en la misma y se prolonguen en el tiempo. En este sentido, ante la duda, si se observa que hay una úlcera, un bulto, una pequeña herida o una placa roja y/o blanca que no que no se curan tras haber pasado un par de semanas, es bueno contar con la opinión de un médico, un odontólogo y de un cirujano maxilofacial. Ellos son los profesionales de la salud que podrán esclarecer si hay o no cáncer en la cavidad bucal y sabrán cómo y cuándo actuar en cada caso.
Factores de riesgo del cáncer de boca
El alcohol y el tabaco son, una vez más, algunas de las causas que provocan el cáncer de boca. De hecho, su uso combinado aumenta en 15 veces el riesgo de padecer este tipo de tumor maligno. De igual modo, la mala higiene bucal, el uso de una prótesis de mala calidad, las infecciones víricas y unos dientes rotos son, entre otros, motivos suficientes que pueden desencadenar la aparición de un cáncer de boca.
Tratamiento
La lengua, el suelo de la boca y los labios son las tres zonas más propensas en un cáncer de boca. Tras el diagnóstico, un equipo de profesionales desarrollará un tratamiento específico que ataque con la mayor precisión posible a las células malignas. Aunque dependerá de las necesidades de cada paciente, dicho tratamiento suele pasar por una cirugía y posteriormente por uno o varios ciclos de quimioterapia. En este sentido, es importante visitar de forma continua al dentista, ya que nos indicará de qué manera está afectando el tratamiento a la boca y qué opciones tiene para mantenerla sana. Además, llegado el momento, también se puede recurrir a un cirujano maxilofacial para reemplazar las piezas dentales u otras estructuras de la boca lesionadas, así como la mandíbula.
* Este artículo es de carácter eminentemente informativo.