Este 2017 es un año muy especial, y es que se conmemora ni más ni menos que ¡¡el 2.150 aniversario del asedio de Numancia!!

Desde hace meses un sinfín de actividades relacionadas con la caída de la ciudad celtíbera y la antigua Roma se llevan desarrollando dentro y fuera de Soria con el objetivo acercar sus ritmo de vida, sus costumbres e incluso su dieta. Y dado que la higiene bucodental también formaba parte de los hábitos durante esta era numantina, queremos aportar nuestro granito de arena dando a conocer algunas de las prácticas más llamativas de esa época numantina. Comencemos:

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La historia lo confirma: la antigua Roma se preocupaba por su boca. Quizás no contaban con las mejores tecnologías ni las prácticas que llevaban a cabo eran las más adecuadas higiénicamente hablando, pero los romanos se tomaban muy en serio el cuidado de sus dientes.

Un ejemplo claro era el uso de mondadientes tras las comidas para eliminar los restos de comida. Los romanos también utilizaban la hoja del lentisco para elaborar una especie de goma de mascar de lo más aromática para combatir el mal aliento. Así lo dejó reflejado Marcial tras estas líneas: “el de lentisco es mejor, pero si no tienes un palillo de madera, una pluma puede escamondar tus dientes” (Marcial, Epigramas  XIV 22).

Respecto a la pasta de dientes, en aquella época se utilizaban mezclas de productos para aplicar a los dientes y arrastrar los restos de comida. Algunos de los mejunjes más conocidos eran los que se hacían con conchas quemadas y trituradas, miel, vino y plantas aromáticas.

Pero, además de la higiene, a los romanos también les importaba la estética de los dientes. Y para conseguir unos dientes más blancos y con menos caries no tenían ningún inconveniente en hacer uso de la orina. Su método, enjuagar la boca con este fluido.  Esta es la deducción a la que los historiadores han llegado tras la lectura de los poemas de Cayo Valerio Catulo, quien dejó reflejado en papel lo que se pensaba de los celtíberos en este sentido:

“[…] en el país de Celtiberia,
lo que cada hombre mea, lo acostumbra utilizar para cepillar
sus dientes y sus rojas encías, cada mañana,
de modo que el hecho de que tus dientes están tan pulidos
solo muestra que estás más lleno de pis.”

Sea como fuere, está claro que el hecho de cuidarse los dientes es tan antiguo como el comer. Eso sí, quizás aún dejaba mucho que desear. Por suerte, a día de hoy contamos con las herramientas adecuadas para tener una boca realmente limpia y sana.