A día de hoy mucho se habla de la utilización del plasma enriquecido o rico en plaquetas dentro de la medicina estética. Sin embargo, sus beneficios van más allá de aquellos relacionados para obtener ‘una cara bonita’ tras pasar por el quirófano para someterse a un tratamiento de rejuvenecimiento facial, y buen ejemplo de ello es el que aplicamos los profesionales en Odontología.
¿En qué consiste el plasma rico en plaquetas?
Gracias a la técnica del plasma rico en plaquetas (es decir, PRP) la cirugía bucal, periodontal y maxilofacial han mejorado considerablemente, ya que acelera el proceso de regeneración de tejidos mediante la utilización de una concentración de plasma de la propia sangre de las personas. Dicho de otro modo, estas plaquetas procedentes de la propia sangre de un paciente son utilizadas para ayudar a que el crecimiento del hueso o del tejido sea más rápido y a que las heridas cicatricen más deprisa. Y, como aliciente, no es un tratamiento tóxico ni presenta riesgo de infección por rechazo, ya que la obtención de PRP en la clínica dental parte de la propia sangre del paciente (autólogo). Además, propicia la disminución de la inflamación y el dolor.
Usos prácticos en Odontología
Utilizar plasma rico en plasma resulta muy útil no solo para aquellas personas que se necesitan hacerse implantes (cuya aceleración se ve aumentada gracias a esta técnica), sino que también beneficia a quienes no tienen más remedio que extraer sus muelas del juicio y durante este proceso ha habido complicaciones o aquellos pacientes que por los motivos que sean han sufrido pérdida ósea y necesitan regenerar el hueso de la boca.