Aunque parezca imposible, la tecnología sigue avanzando y los profesionales debemos seguir esta imparable evolución. Para que una clínica dental y maxilofacial, sea en Soria, en Zaragoza, en Burgos o en Logroño, pueda decir que está siguiendo las últimas tendencias, no solo basta con hacer las inversiones necesarias en tecnología avanzada, además su personal debe estar en constante formación.
El pasado jueves, de todas las especialidades de la clínica, (cirugía, odontopediatría, otorrino, etc.) asistimos a una charla acerca del uso de la máquina de Rayos X, para así, poder dar el mejor diagnóstico posible, en la calle Mosquera de Barnuevo en Soria, porque aunque nuestra ciudad es pequeñita, nuestros pacientes tienen las mismas dolencias, que en Madrid o en Barcelona.
Para poder determinar el problema del paciente, es necesario contar con una buena imagen de diagnóstico, lo que no solo se consigue con una buena máquina, sino también con experiencia y conocimientos. Una de las cosas que aprendimos fue, a darle más importancia a la perspectiva con la que se ve la imagen, ya que no solo nos tiene que quedar claro a nosotros sino que el paciente, tiene que poder interpretar la radiografía y entender que tiene.
La radiografía dental, se ve en blanco y negro, esto se debe, a que las estructuras densas, bloquean la energía lumínica de los Rayos X, y esto se ve blanco. Las estructuras que poseen aire, se ven en color negro, mientras que los dientes se ven en un tono grisáceo. No desde todos los ángulos se aprecian igual los detalles, de manera que para poder apreciar bien la imagen, habrá que mover la pantalla e intensificar los blancos y negros todo lo que sea necesario.
¿Es peligrosa la radiación de las radiografías en las clínicas dentales?
La radiación en las radiografías es muy baja, y no debemos tener ninguna preocupación, a la hora de hacernos una. Además, la Clínica Aitziber Yagüe Cortazar, hace lo que se llama “control automático de exposición”. A través, de un estudio personalizado, el equipo analiza al paciente, captando cualquier posible enfermedad o debilidad, lo que le llevará a emitir, la mínima dosis recomendada.
Para poder tener el diagnóstico más completo posible del paciente, es necesario hacerse estas radiografías, por lo que no tenemos que tener miedo de ellas, no nos van a hacer daño. A partir de ahí, seremos los profesionales, los que debemos analizar y sacar nuestras conclusiones… Eso, afortunadamente, aún no nos lo hacen las máquinas.