El injerto de hueso dental es una de las técnicas más utilizadas en la actualidad en el campo de la cirugía oral avanzada, pero una Clínica Dental y Maxilofacial, solo puede llevarlo a cabo si, junto con la autorización sanitaria maxilofacial correspondiente, se especifica que puede realizar adecuadamente esta oferta asistencial con una unidad de Implantación de tejido óseo humano y productos derivados en el ámbito odontoestomatológico.
El objetivo principal es regenerar hueso donde no lo hay; para que la colocación del implante sea más firme, y en las instalaciones de la Clínica Dental y Maxilofacial Aitziber Yagüe Cortazar, estas intervenciones ya pueden hacerse.
Las últimas tecnologías son imprescindibles para el análisis de todos los casos.
Se puede haber perdido masa ósea por distintos motivos. Puede pasar que al quitar la pieza anterior, se pierda el tejido necesario para que el implante se asiente con la suficiente solvencia. Pero también puede ser que sea necesario un injerto de hueso por que se haya perdido por un traumatismo por accidente, o al extraer un tumor, o por una infección grave. Las malformaciones y otros problemas derivados de las encías, también son causa frecuente de la perdida de hueso.
Una vez se detecta la necesidad, el cirujano maxilofacial, que en nuestro caso es nuestro colaborador el reconocido Dr. César Colmenero, determina qué materiales utilizar para el injerto, qué cantidad, y de qué procedencia es aconsejable, para que la posterior incorporación del implante sea un éxito.
El Dr. Colmenero y la Dra. Aitziber Yagüe Cortazar, analizan cada paciente de manera individualizada.
Estos injertos pueden ser del propio paciente, que son los que menores rechazos inmunológicos van a presentar, pero que no siempre es posible utilizar. De procedencia distinta del propio paciente, nos encontramos injertos sintéticos, que están realizados en laboratorios a partir de materiales inertes; también existen bancos de injertos procedentes de hueso bovino y de derivados del coral; y por último de bancos de donantes o de familiares, que son los más adecuados, pues el origen no deja de ser humano, aunque no sea procedente del propio paciente.
Solo un experto y tras diferentes test, realizados con la adecuada tecnología, y obviamente con la acreditación sanitaria correspondiente, debe planificar injertos óseos previos a la implantología dental.
