Tras los meses de este invierno frío que parece no acabar, a muchos les llega la hora de echar un vistazo a la salud dental. Parece que no, pero los dientes sufren a causa de los bruscos cambios de temperatura: Tanto en invierno, cuando salimos a la calle y respiramos el aire frío y tomamos bebidas calientes, como en verano, cuando para rebajar el calor tomamos helados y bebidas frías con hielo.

En estas fechas además, hay otros factores que inciden negativamente en nuestra salud bucodental. Y es que, en épocas tan señaladas como la Navidad o la Semana Santa, consumimos un exceso de productos hipercalóricos y dulces que pueden afectar a nuestro esmalte o incluso producir enfermedades a largo plazo, como las caries.

La Semana Santa, con sus comilonas y dulces típicos, desde las clásicas torrijas y pestiños, hasta los más sofisticados huevos de pascua nos dejan en estos días sus consecuencias. Está claro que los dulces, que pueden resultar muy agradables en el momento, no son nada recomendables para nuestra salud a nivel general y menos para nuestra dentadura.

Por ello y para ayudarte, esta semana te damos algunas recomendaciones para que empieces el cambio de estación con unos dientes perfectos. Eso sí, no te olvides de visitar al dentista, para asegurarte de que todo está en perfecto estado.

Lo que no debes dejar de hacer cada día

  • Para mantener una buena higiene dental, debes realizar los cepillados diarios con un cepillo con filamentos suaves y una pasta de dientes que se adapte a tus necesidades. En los cambios de estación es importante cuidar la sensibilidad dental. Un colutorio específico para tus dientes podría complementar la higiene diaria.
  • Intenta tener una correcta alimentación, evitando los alimentos ácidos y azucarados (zumos o refrescos, dulces, yogurt, etc.), y las bebidas o alimentos muy fríos o muy calientes.
  • Corrige malos hábitos como el uso de palillos, el tabaco, cortar hilo con los dientes…etc.
  • Evita respirar por la boca si hace mucho frío en la calle.

Hazte una revisión. Recuerda que aunque no te duelan los dientes, hay que visitar al dentista.